Jornada 4 Atleti-Sevilla

ES mucho mejor coreógrafo que entrenador. Deberían hacérselo mirar, no sólo él, sino los que le siguen.

Ya tranquilito, desayunando, con ese café que te devuelve el alma, mi tostadita, con aceite, jamoncito y tomate, no me lo estoy tomando con el estómago agriado, pues cuando nuestro equipo gana, pues eso, que pese a mi hartazón por este entrenador, estoy contento y encaro el día sabiendo que esta noche no me va a tocar los cojones nadie, que siempre hay alguno que lo intenta con esto del fútbol, también con la política, pero los años, 70 en marzo, me han dado sabiduría y saber estar, y sobre todo esa retranca que tenía mi padre con los pesados de turno. Digo todo esto, porque ayer, el mameluco de nuestro entrenador me pudo terminar de agriar el estómago y, por tanto, el desayuno, que es uno de los mejores momentos del día (y más desde la jubilación, donde ya las prisas no existen). Y ya, con perspectiva, quisiera mentar a cinco jugadores por encima de todos. De Paul, Lino, Llorente, Witsel y un Azpilicueta que fue de menos a más en el partido. De Paul hizo un partizado, de 10. Este tipo cuando quiere es decisivo en el corte, en el pase y en las conducciones. Lino va a más por momentos. Llorente se vació hasta la extenuación. Witsel es un pedazo de jugador, capaz de tapar de central y mover el balón con criterio en el centro (una pena que su físico ya no le acompañe), y Azpilicueta, lo dicho, tapó y tapó, y eso que empezó con un par de pérdidas de las de mear y no echar gota. Luego los minutos de Reinildo (miedo me da que se vaya con Mozambique, y no sé yo si será para bien o para mal). Y ahí me quedo, porque el partido de Giménez, Molina, Correa, Morata, Griezmann y Roro, bajo, bajo. Unos por unos motivos que ya vienen siendo habituales y los otros, o por cansancio o porque no les salieron las cosas. Dejo en un aparte a Soyuncu, porque el chaval no tiene suerte los minutos que juega, y tengo yo la impresión de que es mejor central de lo que parece. No sél..., sensaciones.